Tras estudiar periodismo y especializarse en productividad, creatividad y storytelling, Lucía Jiménez Vida tiene claro que el camino del emprendimiento es duro y más aún cuando la que lo ejerce es una mujer, por las mayores limitaciones a la hora de desarrollar su carrera profesional y conciliar su vida familiar. A sus poco más de 30 años, Jiménez es consultora estratégica de marketing y mentora de emprendedores de España y Latinoamérica. Ahora, se ha creado a sí misma para ayudar a centenares de mujeres a tener más vida para sí mismas y para los suyos a través de sus redes y academia de formación.
Estudiaste periodismo, pero tuviste que reinventarte formándote en marketing y redes sociales y ahora has emprendido tu propio negocio. ¿Cómo ha sido todo ese camino hasta hacerte un hueco? ¿Qué ha sido lo más complicado?
Estudié periodismo y empecé a trabajar en comunicación corporativa y relaciones públicas. Finalicé mi carrera en plena crisis económica, una crisis que afectó especialmente a los medios de comunicación. Acababa de licenciarme y ya necesitaba reciclarme. Eso me llevó a gestionar redes sociales, trabajar como community manager e ir ascendiendo hasta responsabilizarme de los contenidos digitales de los canales internacionales de Antena 3 y Atreseries. Así me fui especializando en marketing estratégico.
Sin embargo, me quemé. Vivía para trabajar. Llegaba muy temprano a la oficina y me volvía muy tarde a casa. Siempre había tenido claro que, en algún momento, emprendería mi propio negocio. Sentía que podía hacer mucho más por este mundo y que lo lograría antes creando mi propio camino.
En tu libro Cree, Crea, Crece das las pautas para que crean en sí mismas y hacer crecer su negocio. ¿Es así de fácil labrarse un futuro, seguir unos pasos y al final serás tu propia jefa, es decir, todas pueden emprender?
Emprender no es fácil, es un camino que está lleno de incertidumbres y altibajos. Eres la persona responsable de que tu negocio sea rentable, tu equipo cobre a final de mes y tus clientes queden satisfechos. No tienes un jefe al que culpar. Y no es para todo el mundo.
Es una idea en la que hago hincapié en mi guía. Pero sí es cierto que, en muchas ocasiones, somos nosotros mismos quienes limitamos nuestras capacidades por miedo o falta de autoestima.
Por eso, el primer paso debe ser creer en nosotros y nuestro proyecto. A continuación, debemos aprender a crear un negocio rentable. Y, finalmente, podremos escalarlo y hacerlo crecer. No es fácil, pero con el asesoramiento adecuado es más sencillo.
Dices en tu libro que es prácticamente imposible hacerlo en soledad...
Podemos emprender en solitario, pero nos equivocaremos muchas más veces y perderemos nuestro tiempo y dinero tratando de encontrar el camino adecuado.
Contar con una persona que sea nuestra mentora, que nos guíe y acompañe en este proceso, es vital cuando lanzamos un negocio por primera vez.
Además, tenemos que contar con colaboradores y rodearnos de personas de las que podamos aprender y con las que podamos compartir dudas y certezas.
Ahora apesar de que el teletrabajo se ha extendido de manera algo forzosa por la situación de la crisis sanitaria, no siempre se sabe "teletrabajar". Eres firme defensora de que se deben seguir unos hábitos para separar el trabajo de lo personal (no trabajar en pijama, por ejemplo).
Es fundamental. Dominar el poder de los hábitos nos ayuda a automatizar procesos y aumentar nuestra concentración y productividad en el día, para conseguir más en menos tiempo. Y no sólo eso. Tener unos hábitos saludables, como hacer ejercicio, comer bien o meditar, nos sirve para cuidar nuestra energía y dar lo mejor de nosotros mismos en cada momento.
Cuando se teletrabaja es fácil caer en el hastío y la desmotivación. Vestirnos a diario nos dispone al trabajo mientras que el pijama nos ayuda a desconectar. Es una buena forma de separar el ámbito profesional del personal, algo difícil cuando estamos en casa.
También haces mentorías para enseñar cómo emprender y en tu web se puede ver que tu público es femenino, ¿por qué elegiste ese sector?
Cuando emprendí mi negocio, utilizaba un lenguaje neutro. Pero el 95% de mis clientas siempre han sido mujeres. Así que llegó un momento en el que decidí hablar en femenino en mi web y mis redes sociales para dirigirme, fundamentalmente, a ellas.
En este tiempo, me he dado cuenta de que las mujeres tenemos más limitaciones a la hora de emprender y quiero cambiar eso. Quiero dar poder a las mujeres para que puedan conciliar sin renunciar a sus carreras profesionales, desarrollando sus propios negocios. Con sus normas, su propia visión del mundo y sin techos de cristal que les impidan seguir creciendo.
¿Cómo describirías el papel de la mujer en el mundo del emprendimiento?
En las empresas tradicionales, las mujeres nos enfrentamos a entrevistas de trabajo en las que nos preguntan por nuestra intención de ser madres. Nuestros sueldos son más bajos que los que perciben los hombres y, como consecuencia, cuando se tienen hijos, somos nosotras las que debemos solicitar la reducción de jornada, limitando nuestras posibilidades de desarrollo profesional.
Muchas mujeres decidimos optar por el emprendimiento para conciliar nuestra vida personal y familiar sin renunciar a nuestra carrera. Sin embargo, a pesar de que somos muchas las mujeres empresarias, aún nos queda un largo camino para superar barreras y creencias limitantes.
En los rankings de empresarios que acumulan más ventas, la inmensa mayoría son hombres, al igual que sucede con los conferenciantes de diversos eventos.
Lo positivo es que las mujeres empresarias estamos cada vez más unidas y existe un movimiento de sororidad que hace que nos acompañemos y ayudemos entre nosotras para crecer con nuestras empresas.
A lo largo de tu carrera, ¿has vivido algún momento de discriminación laboral por ser mujer?
No he sentido discriminación como tal, pero sí he vivido muchas situaciones machistas, con jefes que me han pedido que vista de manera más sugerente para una reunión con clientes o que han hecho comentarios sobre mi físico aprovechando su posición de poder.
También he sufrido comentarios condescendientes en reuniones o que se ignore mi opinión, se la apropie un compañero hombre y se le premie por ella.
Las mujeres emprendedoras, ¿son un referente para el mundo empresarial o también existe esa brecha de género cuando se inicia un negocio por ti misma?
También nos encontramos con esa brecha de género. Tenemos las diferencias que he comentado anteriormente respecto a los rankings de ventas, personas más influyentes o conferenciantes de un evento.
En términos generales, además, a la mujer se le continúa exigiendo que atienda los cuidados del hogar y de la familia mientras emprende su propio negocio. La energía y el tiempo que pone en su empresa no es la misma que un hombre que pueda desvincularse de las tareas domésticas para dedicarse 100% a su empresa.
Del mismo modo, cuando una mujer emprende, se presupone que cuenta con la ayuda del marido o del padre. Se menosprecia su capacidad para sacar adelante su empresa por sí misma. Ellas tienen proyectos, mientras que ellos crean empresas.
Ahora estamos en una época en el que muchos trabajadores están realizando el teletrabajo. Incluso en puestos en los que nunca se había realizado, con la falta de preparación que ello conlleva. Tú tienes bastante experiencia en ello, ¿crees que es un avance o supone un impedimento para la productividad?
Trabajar desde casa nos permite una mayor concentración al disminuir las distracciones que tenemos en la oficina, con llamadas de teléfono, compañeros que nos interrumpen y el ruido habitual que suele existir cuando varias personas trabajan juntas en un mismo espacio.
Sin embargo, no nos llevemos a engaño. El hecho de teletrabajar no es la panacea ni la solución inmediata para la productividad. Debemos tener un horario y respetarlo, definir nuestro propio sistema de trabajo y crear un ambiente en casa que nos permita concentrarnos.
Si tenemos a nuestros hijos alrededor, no podemos esperar la misma productividad porque tenemos que atenderlos. Y eso ha sucedido en muchas ocasiones en el estado de alarma.
¿Y en la conciliación personal y familiar? Tú misma explicas en tu página web que cambiaste todo tu mundo porque veías a tus compañeras sin tiempo para pasar con sus hijos y no querías eso.
Siempre tuve claro que quería ser madre y quería disfrutar de mi maternidad. Pero no quería que eso supusiera el fin de mi carrera profesional, por lo que tanto me había esforzado.
Efectivamente, veía a mis compañeras sintiéndose culpables en el trabajo por no atender correctamente a sus hijos y viceversa. No quería eso. Así que decidí emprender para conciliar. No sólo mi vida familiar, también a nivel personal. Por eso, creo tiempo en mi agenda para mí misma, mi familia, mis amigos y mi negocio.
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Los tres de… Lucía Jiménez Vida
Tres películas/series: The Wire (serie de televisión creada por David Simons para la HBO, 2002-2008), The Office (serie de televisión creada por Greg Daniels, 2005) y Desayuno con Diamantes (dirigida por Blake Edwards en 1961).
Tres programas de televisión: Late Motiv, La Resistencia y Shark Tank.
Tres canciones (o discos, u obras musicales): Bohemian Rhapsody, de Queen, La increíble historia del hombre que podía volar y no sabía cómo, de Izal, y Take Me to Church, de Hozier.
Tres libros: Cien años de soledad (de Gabriel García Márquez), El arte de la idea (de John Hunt) y El Elemento (de Ken Robinson).
Tres referentes: Vilma Núñez, Amy Landino y Coco Chanel.
Tres momentos históricos: el antiguo Egipto, la Grecia clásica y la época actual.
Tres lugares para visitar: Perú, Japón e Indonesia.