Ocio y cultura

Clara Grima: "El talento matemático es actualmente una de las riquezas más robustas de cualquier país"

La matemática y profesora sevillana estrena en La 2 de TVE el programa 'Una matemática viene a verte', un espacio divulgativo para acercar esta ciencia a todos los públicos.

Por David Ávila Gómez

Clara Grima (Coria del Río, 1971) es doctora en matemáticas por la Universidad de Sevilla, institución de la que es profesora titular en el departamento de Matemática Aplicada I. Actualmente preside la comisión de divulgación de la Real Sociedad Matemática Española (RSME).

Su labor divulgadora le ha llevado a obtener numerosos reconocimientos de prestigio como el Premio 'Ciencia en acción', el Premio Cosce a la difusión de la ciencia, el Premio Meridiana e incluso ha sido incluida en la lista Forbes entre las personas más influyentes de 2022. Lo más reciente ha sido la aprobación por unanimidad por parte del pleno del Ayuntamiento de Sevilla para dar a una plaza su nombre, además del estreno en La 2 de TVE del programa Una matemática viene a verte.

Empecemos por tus inicios. ¿Cómo y cuándo empezó tu interés por las matemáticas?

A mi las matemáticas siempre me han gustado, desde muy pequeñita. Me parecía la clase más divertida, junto con el recreo, claro. Te enseñaban unas reglas, te enseñaban una especie de juego, y tu jugabas. No había que aprenderse nombres caprichosos, no había que estudiar mucho, sólo aprenderse las reglas.

Luego en el instituto también me encantaban, sacaba muy buenas notas. Es verdad que cuando yo estaba terminando COU, no quería estudiar matemáticas. De hecho yo nunca he querido ser matemática por la sencilla razón de que no conocía a ningún matemático ni ninguna matemática. No sabía que existía esa profesión.

Cuando estaba terminando COU recuerdo que quería estudiar filosofía. A partir de tercero de BUP, lo equivalente a 1º de Bachillerato en la actualidad, tuve un profesor de filosofía, Antonio Hurtado, que me cautivó, y ya lo que quería era estudiar filosofía, aunque me seguían encantando las matemáticas.

Fue luego este mismo profesor el que convenció para matemáticas en lugar de filosofía, básicamente porque iba a ganar más dinero. Como yo era la tercera de seis hermanos, y había que seguir sacando adelante a los demás, me comentó que estudiase matemáticas para poder ayudar a mis padres económicamente y luego ya estudiar filosofía cuando estuviese trabajando. La verdad que fue el mejor consejo que me han dado en mi vida, porque desde que entré en la facultad caí rendida a la belleza de las matemáticas. Eso sí, empecé a sacar malas notas, porque la carrera de matemáticas es muy difícil, muy bonita, pero muy difícil. Las matemáticas han moldeado mi vida y me han hecho muy feliz.

Por la cantidad de proyectos en los que andas involucrada, y leyendo tu currículum, me da la impresión que tus días tienen más de 24 horas. ¿Ayudan las matemáticas a organizarse para poder llegar a todo?

Las matemáticas sí que ayudan a organizar nuestras vidas, sobre todo a definir bien los problemas, que muchas veces el problema de los problemas, valga la redundancia, es que no entendemos bien cual es el problema y cómo llegar a la solución.

En este sentido, las matemáticas nos ayudan a entender los problemas, incluidos los sentimentales, y a organizarnos y a ver cuáles son las posibles salidas de ese túnel y elegir la que mejor nos convenga. En mi caso, más que las matemáticas me ayudan las personas, la familia y los compañeros.

Profesora, divulgadora y doctora en matemática. Has publicado libros, has recibido numerosos premios y reconocimientos por tu labor, participas en programas de radio... Ahora, además, estás al frente del programa de La 2 Una matemática viene a verte. ¿Qué tal está siendo la acogida por parte del público?

El público de redes, y por los mensajes que me están llegando de compañeros y amigos de los que hacía mucho tiempo que no sabía nada, es que les está gustando mucho. Pero yo creo que no es mérito mío, es mérito de Enrique Fernández Borja, el creador y Aitor Gutiérrez, quien le ha dado forma televisiva.

Creo que el formato es muy bonito y muy dinámico. Además, como es muy cortito, creo que es un aperitivo que lo que pretende es eso, dar un piscolabis, un canapé de matemáticas para que la gente vaya haciendo boca y le vaya entrando hambre para meterse en grandes platos de matemáticas.

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Vemos en televisión mucha información, y sobre todo mucho entretenimiento. ¿Hacía falta un programa divulgativo de estas características en la parrilla televisiva de nuestro país?

Claramente sí. Hace falta hacer divulgación de todo el conocimiento, de lo que tradicionalmente se ha considerado letras, aunque no me gusta nada esta división, y por supuesto de ciencias. En el caso de las matemáticas hace más falta que ninguno, y no es que esté haciendo apología de mi producto, por así decirlo.

En España y los países de nuestro entorno siempre tienen esa fama de que las matemáticas son muy difíciles. Esto lo que provoca, y yo lo he podido ver en mi faceta divulgativa en las charlas que he dado en Primaria y Secundaria, es que te encuentres con niños con 5 o 6 años que te dicen que son muy malos para las matemáticas. Yo siempre les digo: "¿Tu que sabes?" Porque tienen miedo a las matemáticas antes de estudiar las matemáticas e incluso antes de saber pronunciar bien la palabra matemáticas. Y esto es muy grave para un país, porque con esa ansiedad y ese miedo, los niños sufren en las clases, cuando debería de ser un sitio de retos, de jugar, de aprender, de poner a prueba tu lógica, tu intuición y de pasárselo bien.

Muchos niños tienen esa ansiedad y miedo aprendido que han recibido de su entorno, y que ellos lo copian o absorben. Esto hace que sea más complicado detectar en estos niños el talento matemático. El talento matemático es actualmente una de las riquezas más robustas de cualquier país. No sabemos qué puestos de trabajo van a tener los niños que están ahora en Infantil. Posiblemente trabajos que actualmente no conocemos, pero si estamos seguros que los puestos profesionales van a demandar más conocimientos matemáticos.

Estamos en una revolución digital brutal, de unas dimensiones que seguramente sea la revolución más importante de la historia. Si no conseguimos que nuestros niños se acerquen a las matemáticas, en algún sentido estarán condenados a una exclusión laboral.

Necesitamos que la sociedad al completo hable bien de las matemáticas, y que todo el mundo se quite esa imagen negativa que tienen, y popularizarlas como cuestión de Estado para que no se tenga ese miedo inicial. Necesitamos el talento matemático y necesitamos detectarlo y estimularlo. Para esto hay que invertir muchísimo en educación.

¿Cómo se consigue hacer las matemáticas atractivas a los adolescentes? Imagino que no será nada sencillo, teniendo en cuenta cuáles son sus intereses y prioridades con esas edades.

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Los adolescentes viven sobresaturados de información y de estímulos, pero precisamente están en esa edad en la que le encantan jugar. En los videojuegos hay muchas matemáticas. Utilizando este cebo, hay que enseñarle qué son realmente las matemáticas, que es plantearse retos y resolverlos.

Cuando yo voy a dar charlas a institutos intento utilizar los cebos que tienen que ver con su mundo, como la música, los videojuegos, las redes sociales… Eso no quiere decir que las clases de Secundaria, y algunos cursos de Primaria, tenga que ser todo un juego. También hay que estudiar y hacer un esfuerzo. Pero sí que hay que intentar llevarlo a su mundo para buscar sobre todo la motivación. Ahí es donde puede estar la clave.

Con tantos avances tecnológicos, tanto algoritmo y con la inteligencia artificial en auge, tengo la impresión de que las matemáticas están cada vez más presentes en nuestra vida.

Toda esta revolución digital, todo lo que hacemos en nuestro día a día, tiene que ver con las matemáticas. En este sentido Edward Frenkel, profesor en la universidad de Berkeley, en Estados Unidos, dijo una frase que me parece brutal: "Existe una pequeña élite que controla el mundo y lo hace porque sabe más matemáticas que tú". Y es verdad. En Google, en redes sociales e incluso en Amazon, todo está controlado por algoritmos. Todo funciona como una verdadera obra de arte. Todo funciona a base de algoritmos.

En alguna entrevista te he escuchado decir que "las matemáticas no son hacer cuentas" e incluso que "odias hacer cuentas". ¿Qué son para ti las matemáticas y qué valor tienen en nuestro día a día?

Exactamente, las matemáticas no son hacer cuentas. Cuando doy charlas en institutos o colegios, siempre pregunto que yo como matemática a qué me dedico. Lo primero que dicen es "hacer muchas cuentas".

Yo les cuento que decir que un matemático es una persona que hace muchas cuentas es tan acertado como decir que Picasso era un señor que limpiaba brochas. Y claro que limpió las brochas muchísimas veces, porque era parte de su trabajo, aunque una parte que no tiene nada que ver con el fin último del trabajo.

Pues igual, hacer cuentas no tienen nada que ver con el fin último de las matemáticas, que van de resolver problemas, básicamente. Tienen que ver más con ser un detective privado. No tiene por qué ser un problema real, sino un problema de conocimiento, de un reto que queremos demostrar. Tenemos un problema, tenemos unas pistas, igual que en las series de detectives, y a partir de ahí tenemos que resolverlo.

En nuestro día a día todos los enfrentamos a productos bancarios, a ofertas... Pero si quieres pensar en las matemáticas en tu día a día, una camiseta o cualquier prenda que utilizamos tiene asociado un patrón, que no son más que formas geométricas que luego algún costurero, o ahora las máquinas, ponen sobre un tejido y lo colocan de determinada manera. Si no fuera por las matemáticas, eso sería imposible. Por lo tanto, vemos que están muy presentes en nuestro día a día.

Incluso defiendes que las matemáticas van a salvar el mundo. Explícanos eso.

Ahora está muy de moda hablar de inteligencia artificial, pero no es oro todo lo que reluce. Uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta la humanidad, después del cáncer, es la resistencia a los antibióticos. Las bacterias super resistentes que están provocando miles y miles de muertes en todo el planeta.

A estas bacterias hay que atacarlas con una buena estrategia, y en este sentido, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, está desarrollando antibióticos utilizando inteligencia artificial que ya pueden con bacterias que hasta ahora han sido muy resistentes. Estas bacterias se hacen resistentes porque aprenden a combatir nuestros antibióticos, pero la inteligencia artificial es más rápida que una bacteria desarrollando una estrategia para atacarla.

Volviendo al primer problema de salud que tenemos, el cáncer, con los algoritmos que nos permiten analizar millones de casos y de respuestas se está consiguiendo avances en la lucha contra esta enfermedad que son casi milagros. Piensa que cuando tu vas al médico, lo que hace es estimaciones probabilísticas, porque no hay otra forma de hacerlo. Ellos han estudiado y han visto muchos casos y en función de tus síntomas, pues dicen esto, con una probabilidad muy alta, es una faringitis, por poner un ejemplo. Y no les va mal. Tenemos una esperanza de vida cada vez más alta con estos métodos humanos de hacer cálculos probabilísticos.

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Sólo en los últimos meses te han concedido el premio Meridiana 2022 del Instituto Andaluz de la Mujer, el premio “Pasión por la Ciencia” del festival internacional de cine científico #LabMeCrazy! y te han incluido en la lista Forbes entre las personas más influyentes de 2022 ¿Cómo se sobrelleva tanto reconocimiento?

Cuando empiezas a tener tantos reconocimientos, la gente empieza a esperar más de ti, y siempre está ese miedo a fallar y a decepcionar. Eso que llamamos el síndrome del impostor, ¿no? A pensar que en un momento determinado la gente se va a dar cuenta que en realidad no eres así.

Pero bueno, lo llevo con mucha alegría y mucha felicidad por dos razones. Primero por mis padres, porque ellos han luchado mucho. Mi madre limpiaba casas, mi padre trabajaba en un taller y han dejado por el camino sangre, sudor y lágrimas. Por lo cual, cuando me dan alguno de estos reconocimientos, lo primero que pienso es en mis padres, como un pequeño bálsamo para aliviar los dolores y el cansancio de la vida que han llevado.

Y luego por las matemáticas. Hay reconocimientos como el Meridiana o el aparecer en la lista Forbes que ya se salen del ámbito de la gente que es cercana al mundo de la divulgación científica. Eso es muy importante porque pone el foco en personas que hacen cosas que también merecen reconocimiento como son las matemáticas.

Hasta hace unos años, la principal salida profesional de los estudiantes de matemáticas era la docencia. Tengo la sensación que cada vez son más y más diversas las empresas de diferentes campos que demandan matemáticos. Y que en futuro serán muchas más.

Es evidente que cada vez más empresas demandan más matemáticos y matemáticas, y en el futuro serán muchos más. Y eso es un problema, porque ahora ningún matemático quiere ser profesor de Secundaria ni de universidad.

Necesitamos matemáticos en el equipo de profesores de Secundaria porque si no, esto va a mermar la formación de los estudiantes. Ya se que hay gente con otras titulaciones que son muy buenos profesores de matemáticas, pero yo considero que para dar esta materia en Bachillerato y Secundaria hay que ser matemático y saber muchas matemáticas. Que no te digo que no haya otra gente que lo haga bien.

El que no tengamos graduados en matemáticas para dar clase en la facultad de matemáticas es un problema más gordo, porque vamos a dejar de tener matemáticos. Si que es verdad que la empresa cada vez demanda más, y eso está bien, pero creo que necesitamos muchos matemáticos más.

¿Cómo convencemos a los matemáticos de que se queden dando clases en las facultades de matemáticas? Pues igual que a los futbolistas, incentivándolos con dinero. Pagadle más, porque es que los necesitamos.

¿Qué les dirías a esas personas que piensan que las matemáticas, o al menos algunas operaciones complejas como pueden ser las raíces cuadradas, no sirven para nada en la vida real?

Pues les preguntaría, ¿llevas un teléfono en el bolsillo? Nada de lo que haces con tu teléfono sería posible sin las matemáticas. Desde mandar una foto por Whatsapp hasta subir una foto a Instagram o un vídeo a Tik Tok.

Estamos hablando de que mandamos fotografías o vídeos digitales que tienen una cantidad impresionante de datos, millones de píxeles y de numeritos, porque cada foto es una cuadrícula con píxeles, y en cada píxel lo que guarda tu teléfono es números.

¿Cómo se consigue que podamos tener fotografías al instante? Pues se consigue con muchas matemáticas, con algoritmos de comprensión de imágenes que son maravillosos. El algoritmo lo que hace es hacer operaciones y hacer cuentas sobre tu foto para que muchos de esos píxeles se convierta en 0 y entonces manda solo unos cuantos de píxeles, que son muchos pero no todos los que tiene tu foto, y el algoritmo de Instagram o la aplicación donde la mandes sabe qué cuentas has hecho tu para convertir tus valores a 0. Entonces deshace tus cuentas, las hace al revés y vuelve a tener tu foto con toda la definición del mundo.

Ahora que gusta tanto mandar memes y fotos y capturas de pantalla de fakes o de bulos, yo creo que nadie discute la potencia de las matemáticas.

Las tres de... Clara Grima

Tres programas de televisión o radio: Una matemática viene a verte, Saber y ganar y Pasapalabra, sobre todo porque lo veo con mis padres que es a la hora a la que voy a verlos y porque está Roberto Leal, que es un andaluz que está poniendo Andalucía muy en el foco.

Tres canciones/discos: Mediterraneo, de Joan Manuel Serrat, creo que es mi canción favorita y la de toda mi familia, Pa Amb Oli i sal, del grupo Blaumut, una canción que en un momento de mi vida que estaba especialmente triste la escuché en Radio 3 y descubrí que poco a poco yo iba a empezar a sonreir, y El tiburón, de Proyecto Uno. Es la canción que les digo a mis hijos, aunque ellos se enfadan, que tiene que sonar en mi funeral. Porque yo he tenido mucha suerte, he vivido de puta madre y yo quiero que mi funeral sea triste porque me voy, pero que tampoco sea un drama. A mi la vida me ha tratado bastante bien.

Tres libros: El mundo de ayer, de Stefan Zweig, para que no se nos olvide que es muy fácil repetir la historia, y con el avance de la ultraderecha en toda Europa estoy muy preocupada, El sueño de África, de Javier Reverte, y La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero.

Tres referentes: Esta es muy fácil: mi padre, mi madre y Alberto Márquez, que es mi director de tesis, es el padre de mis hijos y es una persona que me ha enseñado muchísimas matemáticas.

Tres momentos históricos: El desarrollo de la imprenta, que puso el conocimiento al alcance de todos, la llegada de la democracia a nuestro país con la muerte de Franco y la llegada del hombre a la luna, un hito histórico que se lo debemos a la ciencia. Al conocimiento y a la gente que lucha por el conocimiento.

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David Ávila es periodista y miembro del equipo de redacción de Consumerismo.

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